Lo malo de querer hacer una entrada sobre un Congreso de Fisioterapia en el que han participado más de trescientos compañeros es que corres el riesgo de ser poco original. Lo malísimo de hacerlo cuando algunos de los compañeros han hecho ya las suyas (@fisiostyle, @NachoFabiani, @fisiobealopcan, o @argoicoechea por poner algunos ejemplos, podéis aprovechar a leer sus entradas) es que realmente puedes aportar muy poco más. Y entonces os preguntareis, ¿qué hago dándole a la tecla a las doce de la noche? Pues yo también me lo pregunto, y ahí va mi respuesta.
Lo primero agradecer a las entidades, Sefid y Colegio de Andalucía en primis, que lo han hecho posible. Y lo segundo, desde aquí unirme al agradecimiento personal a Javier Aguilera. Si alguna vez habéis intentado organizar una cena de Navidad para un grupo de amigos entenderéis el nivel de estrés que puede haber arrastrado el bueno de Javi a lo largo de estos meses para que todo saliese lo mejor posible... por poner un ejemplo, que a alguien se le ocurra mandar un correo a los participantes con el tiempo que va a hacer en Sevilla para esos días demuestra lo que yo entiendo por estar pendiente de los detalles... Y eso por no hablar del "timing" general; si no hubiese sido por los 30 grados y la "caló" que hacía, hubiese creído que el rió que atravesaba por las mañanas era el Rin y no el Guadalquivir.
Del nivel de las ponencias, del nivel de los ponentes y del nivel de los argumentos no puedo decir nada. Después de un congreso así hace falta volver a la clínica y empezar por abandonar aquellas cosas que uno ha descubierto que hace mal. Luego, ponerse a leer, a estudiar, a reflexionar y ver cual de todas esas cosas se puede llevar uno. Como bien dice Arturo Goicoechea, hace falta tener el valor de desaprender lo aprendido para poder aprender cosas nuevas (la frase es de Yoda, pero si citas a Arturo Goicoechea parece más culta la cosa y menos friqui)... Mucho trabajo por delante para cada uno de nosotros. Yo empiezo ahora mismo con el libro de ponencias.
¿Y qué es lo que no ha ido bien? Pues para encontrarlo, tengo que hilar muy fino, pero algunas cosas son mejorables. Las sillas. Qué ganas de levantarse cada vez que acababan las ponencias. Que dolor de todo. ¿Nadie se ha dado cuenta de que los fisioterapeutas no sabemos estar sentados? Algún genio se había llevado la almohada cervical para el viaje... estuve a punto de comprársela como cojín....
¿Y los discursos políticos? Esos mejor eliminarlos, sobran. Sobra la gente que va a leer su discurso y no se da cuenta de si la gente le escucha o no... hubo también algún que otro ponente que hizo lo mismo.... pero por lo menos lo que contaba era más importante... Para los próximos cursos, menos políticos y más de cualquier otra cosa...
¿Y la comida? No es que no hubiese suficiente. Es que los fisioterapeutas habíamos desgastado mucho nuestro físico y nuestro cerebro... eso, y que como dice Beatriz López, aquello parecía los Juegos del Hambre, 4 "a la caza de cazón perdido" se hubiese titulado si hubiese sido una película...
¿Y lo mejor? Pues lo mejor fue la compañía... y permitirme que aquí barra para casa, no es que vuestra compañía como fisioterapeutas no me guste. Pero la mejor compañía fue otra. Mil gracias a mi pareja, por seguirme, por venirse hasta Sevilla conmigo y por tener la paciencia de que a su chico le vayan estas reuniones de "fisiofrikis" a las que de vez en cuando acudo... Sin ellas este Congreso no hubiese sido tan redondo.
Gracias y buena lectura.